Mi sesión con La
Terapia Energética
Acudí a la Terapia Energética con una pregunta, (que
curiosamente no fue respondida, y es que el Universo decidió que había cosas
más importantes en ese momento esperando para mí), pero me encontré con
maravillosos regalos inesperados que superaron con creces lo limitado de mis
expectativas.
Nada
más tumbarme en la camilla y sentir las manos de Rocío bajo mi nuca, una
especie de explosión energética me invadió por completo.
Era
como si me hubiese conectado a una fuente de energía de potencia extraordinaria
que hacía que mi cuerpo y toda yo nos expandiésemos hacia el espacio como si fuésemos
a fundirnos literalmente con él.
Mi pecho se activó hasta el punto de sentirlo como una bomba
de energía pulsando y latiendo con gran intensidad. Parecía como si me hubiesen
abierto una compuerta por la que todo lo que se encontraba escondido en sus
profundidades pudiese encontrar el camino de salida y, por tanto, de
liberación.
A lo largo de la sesión fui experimentando diversas emociones
con un enorme grado de intensidad. Emociones que iban desde una especie de
éxtasis, pasando por amorosa gratitud, amor incondicional, sensación de ser
profundamente amada, respetada, comprendida, cuidada, protegida… Sentí también cómo mi corazón albergaba
viejos y profundos dolores que necesitaban ser encontrados y liberados.
Recibí maravillosas visitas que traían mensajes para mí, todos
envueltos en profundo amor. La sensación de ser amada era la constante
permanente que abrigó toda la sesión envolviéndola como en un cálido velo de
ternura e infinita reverencia.
Un águila
me trajo un mensaje:
“Elévate.
No te identifiques con el dolor. Puedes sentirlo, pero no ser el dolor. Mira
desde arriba los hechos, mira tu vida, contempla tu recorrido y ve hasta qué
punto todo lo que acontece es una perfecta obra de arte...
Todo el universo
conspira para traerte lo que necesitas en cada momento. Si miras desde lo alto,
verás como encajan todas las piezas y el dolor no tejerá a tu alrededor sombras
innecesarias”.
Estuve volando con mi águila y con un grupo de ellas, que
vinieron a confirmar este maravilloso mensaje que tanto necesitaba.
Puede despedirme y poner punto final a una difícil historia
que viví con mi padre, ya fallecido. Este fue un momento especialmente
emocionante. Sentir el amor envolviéndonos a ambos tras tanto dolor e
incomprensión. Sentir el verdadero perdón, que ya no es tal, porque al encajar
las piezas del puzle y comprender que todo tiene un perfecto sentido en el
orden divino, el perdón resulta innecesario y simplemente se traduce en Amor.
Antiguos amigos monjes de una encarnación anterior vinieron
también a transmitirme su amor, su admiración, y a manifestarme que seguimos
trabajando juntos, aunque yo no sea tan consciente de ello. ¡Cantaron para mí,
encendieron velas, me envolvieron con su amor, su ternura y su sentido del
humor!
Salí de la
sesión con un sentimiento de infinita gratitud por todo lo recibido.
Os animo vivamente a experimentar, a través de esta Terapia
Energética, la conexión con vuestro ser
profundo y con todo aquello que vive en el interior y que aún no fue resuelto.
¡Gracias!
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